DESPUÉS DE LA TRISTEZA VIENE UNA ALEGRÍA Paquito era un niño muy bueno, que a pesar de su corta edad, había aprendido a leer y muy bien y a escribir. Era hijo único pero sus padres tenían una pena en el alma pues sufría de constantes hemorragias nasales y cuando lo llevaron al médico para hacerle sus análisis correspondientes, le diagnosticaron Leucemia. Los padres tomaron la noticia con mucha paciencia y de igual manera con un amor más intenso para Paquito. El niño casi no entendía lo que le pasaba pero siempre decía voy a ser su Ángel; y sus padres sonreían felices tratando de darle mejor calidad de vida. Tenía entre sus lindos juguetes una bicicleta que le tenía mucho cariño. Paquito siempre destacaba en sus estudios y era muy querido por sus profesores y compañeritos. Como él tenía facilidad para aprender a leer leyó pronto y se encargó de enseñarle a sus compañeritos que tenían un poco de dificultad en aprender. Así pasaban los días y los padres con Paquito llevándole al circo, cine, playa, etc, eran unos días de felicidad y de muchos buenos recuerdo pues tenían el suficiente dinero para esos gustos. Al poco tiempo falleció pero sus padres y familiares estaban preparados para estos momentos tan difíciles. Julio vendía periódicos por ciertas calles, pero aquel día se fue por otra zona, el dice que un ángel lo había guiado. En una ocasión un niño llamado Julio, salió para vender sus periódicos como de costumbre, y al pasar por una casa se dio con la sorpresa que había en la puerta una bicicleta con un letrero que decía ‘’Esta bicicleta es para el 1er niño que sepa leer’’ Julio tenía 10 años y siempre había deseado una bicicleta para llevar sus periódicos, para ganar tiempo. Girando tocó la puerta tiempo y llegar temprano a clases: pues siempre lo amonestaban por las tardanzas. Él era de bajo recursos y huérfano, pero tenía que ayudar a la abuelita y a su pequeño hermanito. Girando tocó la puerta para pedir el regalo, sintió un golpe en el corazón como miedo y alegría Salió el papá de Paquito y lo recibió con mucho cariño y le contó con lágrimas en los ojos que su hijo había fallecido y dejó esas cosas para obsequiarlas al niño que supiera leer. Bueno a Julio también se le salían las lágrimas, pero le tomaron una pequeña prueba y como era de suponerse no sabía leer muy bien. El padre y la mamá le dijeron que podría regresar cuando quisiera. Julio llegó a su vivienda muy contento con los regalos y un bicicleta; la abuelita no creía ese cuento del ‘letrerito de la bicicleta’, y al día siguiente fue a pedir disculpas por lo que podría haber pasado. La mamá de Paquito la recibió a la señora y le dijo que efectivamente así habían sucedido las cosa con le había contado Julio. La abuelita sintió más pena aún y le explicó algo que la mamá no sabía, le dijo: ‘’todos tenemos un día para nacer y un día para morir y así estaba escrito en el libro de la vida, Mi hijo murió de un paro cardíaco y me dejó dos niños huérfanos pues su mamá ya había fallecido cuando iba a dar a luz a su hermanito menor. Los días pasaban y la abuelita llegó a ser muy buena consejera para la familia. Llegó Navidad y lo celebraron juntas las familias Se trasladaron a la residencia de la familia Alegre y Vargas. Julio Ramón se hizo un gran escritor y un hijo adoptivo muy agradecido. Ellos perdieron un hijo pero Dios les devolvió dos hijos y una madre. El otro niño llamado Jesús se hizo un buen médico. Por Ana María Gallo de Córdova Piura, 06 de Diciembre de 2021

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