MAMÁ VINO
...
Hay veces que no creemos que nuestros padres, vienen desde el más allá para ayudarnos.
Bueno el siguiente relato nos hará reflexionar y a la vez opinar si es verdad o no.
Había una chica guapa llamada Reynalda, en la ciudad de Sullana; era guapa y muy querida;
pero esta chica en vez de tratar con cariño a su progenitora; empezó con ciertos insultos
hacia su madre; entre los cuales le decía “cojuda” y se le había hecho costumbre decirle así,
por cualquier cosa “ya cojuda”, “estas cojuda” etc., etc.
Un buen día Reyna, como la llamaban se fue a dormir como de costumbre; apagó la luz
e inmediatamente a dormir seca. Llegó de pronto la mamá de la Sra. Aura, que así se llamaba
la madre de la chica agresiva, pero llegó del más allá, pues Hortensia llevaba diez años de muerta,
ya se podrán llevar el susto que se llevó Reynalda en su lecho, la muerta no había llegado
con intenciones cariñosas sino por el contrario, le cogió duro el cuello y le dijo:
“Yo no he parido ninguna cojuda y quiero que me digas cojuda a mí. El susto era inmenso;
Reynalda quería morirse, sudaba frio y la muerta encima de ella que no la soltaba
y cada vez le apretaba más el cuello al momento que le decía dime cojuda para soltarte y la muchacha
no podía ni pronunciar palabra, decía co, co, co, la voz se le apagaba más y más,
por fin la muerta la soltó y le dijo: antes de decir cojuda acuérdate de esto.
La muchacha no veía la hora que amaneciera para verse al espejo y cuál fue su sorpresa
tenia el cuello con los estragos que le había dejado la muerta. Le pidió perdón a su madre
y le prometió no más insultarla de ninguna forma.
Ojala nuestras madres vengan así también como vino Hortensia; para hacerle justicia a su querida hija Aura.
Piura, 24 de Octubre del 2020
Por: Ana Gallo Córdova
'EL ENVIDIOSO'
Siempre hemos escuchado hablar de la envidia, cuantos relatos e historias y cuantos casos se han visto a lo largo de nuestras vidas; por eso de la envidia. Bueno vamos a leer este caso. Cierto día un caudaloso señor propuso ayudar a los habitantes de un pequeño pueblo llamado “Querecotillo” y pensó quiero hacer algo bueno pero poco común, y así estuvo pensando cómo hacerlo, hasta que por fin tuvo una idea ¡ya se, dijo¡ hizo una rifa y salió ganador un hombre que era pobre; pero a la vez rencoroso y envidioso, el ganador debía presentarse a la plaza de armas del pueblo; ya que tenía que responder a las preguntas que el Millonario le haría Antón, que era el nombre del beneficiado fue muy temprano para ver de qué se trataba. El concurso se basaba en lo siguiente: De todo lo que él pediría se le otorgaría el doble a Gastón que era el otro ganador, cuando llegó Gastón, Antón lo miro con mala cara, pero nadie le asuntó ya que así era siempre, pero a pesar de todo los vecino...
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